Dos entrevistas en una sola. La textual realizada en el estudio de Zap&Buj el 10 de septiembre de 2018 para la edición en papel de VEIN Magazine (nº 14). La audiovisual regristrada el 12 de julio de 2019 para KALON. El 15 de agosto de 2019 fallecía Elena Zapico en un trágico accidente. Sirvan ambas para recordar el inspirador trabajo que realizaba junto con su socia, Raquel Buj, actualmente al frente de la firma.
Todo mi cariño para ti, Raquel. Besos al aire para Elena.
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Como costura tecnológica. Así definen Zap&Buj sus creadoras, una firma en la que la artesanía manual y la innovación tecnológica se sitúan en el mismo plano. Ambas, con formación en arquitectura y diseño de moda, se conocieron en 2015 cursando un máster de Moda y Arquitectura y pronto encontraron intereses comunes. En poco tiempo, su visión experimental y una práctica interdisciplinar les llevaron a ganar el premio del Samsung Ego Innovation Project en 2017 con Wall Dress, la primera colección de Zap&Buj. En ella, planos arquitectónicos se convertían en patrones de moda a modo de pieles inteligentes sensibles al calor y que se adaptaban al cuerpo gracias a los materiales con memoria de forma. Telas de fibra de vidrio o silicona líquida translúcida cosidas a mano con hilos de polímero daban como resultado una arquitectura concebida para ser vestida. En su siguiente trabajo, Growing Landscapes, presentado en julio de 2018 en la semana de la moda de Madrid, el paisaje se convertía en protagonista de una narrativa inspirada en ambientes acuosos, ya fueran naturales, como los marinos, o construidos por el hombre, como los arrozales. Láminas técnicas de aislamiento térmico, corte laser e impresión 3d flexible sobre tul, de nuevo posibilitaban distintas formas de interacción entre el entorno y el cuerpo. Lo que Zap&Buj plantea es una moda como forma de expresión alternativa, más allá de la mera estética, además de una investigación que abre curiosas y atractivas posibilidades de futuro.
¿Qué es para Zap&Buj la moda?
Entendemos la moda como algo más allá de lo puramente estético. Para nosotras se trata de la piel más cercana al cuerpo, la que nos relaciona con el mundo exterior. Por ello creemos que la moda tiene que plantear una reflexión y una propuesta en este aspecto.
¿Cómo es ese diálogo que creáis entre Moda y Arquitectura?
Nuestros conceptos y procesos plantean un acercamiento entre Moda y Arquitectura a través de la experimentación en taller con materiales poco convencionales y herramientas digitales que hacen posible este acercamiento. Ambas, con formación de arquitectas y diseñadoras de moda, llevamos esta intersección de manera más integral, tanto en el concepto como en la materialidad de las propuestas. También usamos materiales poco convencionales en moda más propios de la arquitectura (siliconas, láminas técnicas de aislamiento térmico o decorativas de fachada) e integramos tecnología para ir un paso más allá en este acercamiento, como con materiales con memoria de forma (nitinol y polímeros).
Afirmáis que ambas disciplinas son como segundas pieles para las personas y ahora vosotras creáis una nueva ¿Cómo definiríais esa tercera dermis digital?
Entendemos que nuestro cuerpo está rodeado por varias pieles; nuestra propia piel, la ropa, la arquitectura, etc. En este acercamiento entre Arquitectura y Moda buscamos generar una nueva piel artificial construida con nuevos materiales y tecnologías que exprese una mayor proximidad del cuerpo con su entorno natural y construido.
A través del diseño buscáis “reconectar el cuerpo humano con su entorno”. ¿De qué forma vuestras prendas se relacionan con el paisaje o con otras personas?
Nos fijamos en el paisaje, en nuestras ciudades así como en la arquitectura e incorporamos ciertos procesos de crecimiento, texturas y materiales de estos en nuestros trajes. La materialidad de los mismos provoca esta aproximación de nuestro cuerpo con el entorno. Se trata de llevar la escala de la arquitectura y del paisaje y acercarla al cuerpo a través de sus procesos y materiales.
A nivel de interacción, las prendas que integran movimiento cuando alcanzan determinada temperatura están relacionadas directamente con el sitio en el que se encuentran por este factor temperatura.
¿En qué sentido son ‘pieles inteligentes’? ¿Tienen hoy en día alguna utilidad?
Incorporamos tecnología a algunas de nuestras pieles a través de materiales de memoria de forma, nitinol y polímero. Aplicando calor, estos materiales son capaces de dar movimiento a las pieles y adaptarlas al cuerpo. Nuestras propuestas se han mostrado en pasarela y estamos centradas en la investigación con estos materiales a nivel propositivo y conceptual. Nuestra idea es ir perfeccionando estas pieles con un grado de sofisticación cada vez mayor para que en el futuro puedan ser comercializables.
¿Es Zap&Buj viable comercialmente?
Defendemos que la labor principal de ZAP&BUJ es ser una plataforma de experimentación e innovación y creemos que esto es necesario para proponer nuevas aproximaciones en moda. En este sentido, no lo planteamos como un negocio de moda convencional cuyo fin último y principal es la venta. Combinamos y retroalimentamos nuestra parte experimental con otro tipo de labores (docentes, colaboraciones, encargos privados) sin cerrarnos a la comercialización.
Además de arquitectas y diseñadoras, el trabajo que realizais en I+D os sitúa en un plano científico. ¿Qué es lo más atractivo de esa labor de investigación?
No somos científicas, pero el hecho de trabajar con nuevos materiales en el estudio ha hecho que nos aproximemos a ciertos aspectos científicos casi desde la prueba y error, aprendiendo en el proceso y buscando asesoramiento. El Instituto de Tecnología Textil (AITEX) y el ITCP (Instituto de Ciencia y Tecnología de Polímeros) del CSIC son un ejemplo de los apoyos que hemos tenido.
¿Y el mayor reto?
El desarrollo del proyecto Wall Dress para el Samsung Ego Innovation Project supuso un gran reto. Empleamos materiales difíciles de manipular e integramos tecnología (materiales de memoria de forma) que apenas había sido ensayada en moda. Todo ello en un plazo muy corto de tiempo y con la dificultad de mostrar un trabajo de investigación en los tiempos y formato de una pasarela.
Más allá del halo vanguardista y la experimentación que rodean a Zap&Buj, la artesanía también forma parte del proceso de trabajo. ¿Cómo define la costura vuestra propuesta?
Defendemos y utilizamos en el taller una mezcla de herramientas tecnológicas y artesanales. A modo de “costureras tecnológicas”, mezclamos costura a mano con impresiones en 3d, soldaduras, lijados, sopletes o vertidos de silicona. Todo esto confiere un valor a los objetos y a la ropa que van más allá posibilitando que respondan de manera más específica y personal a las necesidades del usuario y del entorno.
Os identificáis con el trabajo de diseñadores como Iris Van Herpen, Martin Margiela, Hussein Chalayan o Azzedine Alaïa, pero buscáis un código propio. ¿Cuáles son esas señas que os definen?
Iris Van Herpen, Martin Margiela, Hussein Chalayan son sin duda grandes referentes para nosotras por su mirada conceptual e innovadora en la moda. Sin perder de vista esas referencias, buscamos nuestro propio lenguaje aplicando materiales y procesos que llevamos de la arquitectura al cuerpo dotándoles de expresividad artística.
Y de la arquitectura contemporánea. ¿Qué es lo que más os atrae?
Nos interesan las arquitecturas más sensibles que se proyectan desde el cuerpo ampliando la experiencia espacial y sensorial del mismo. Nos atrae la reflexión sobre cómo habita, siente y se relaciona el cuerpo en los espacios y cómo nos conecta con los demás.
¿De qué manera la arquitectura bebe de la moda? ¿Y viceversa?
Creemos que hay un acercamiento en ambas direcciones. El desarrollo de nuevas tecnologías ha provocado que la arquitectura se acerque a la moda planteando materiales más ligeros y edificios más fluidos. Por otro lado, la moda se fija en la arquitectura empleando materiales más duros de impresión 3d o técnicas de corte láser con soluciones que podrían recordarnos a envolventes arquitectónicas. En ambas disciplinas hablamos de envolventes y aproximarlas inspira nuevas maneras de entender los cuerpos y cómo habitamos en el espacio.
Desde que comenzasteis habéis presentado dos colecciones: Wall Dress y Growing Landscapes. ¿Cómo ha sido la evolución entre una y otra a nivel técnico y estético?
Las dos colecciones las entendemos dentro del proyecto de pieles. Wall Dress planteaba una aproximación más conceptual con unas pieles arquitectónicas que se adaptaban al cuerpo en pasarela. En Growing Landscapes trabajamos desde la escala más pequeña de la piel aportándole riqueza y complejidad al detalle. En ambas usamos tecnología aunque en la primera estaba más basada en la investigación con la memoria de forma y en la segunda en la producción material de las pieles utilizando técnicas de fabricación digital como la impresión flexible.
En la última presentada, Growing Landscapes, buscabais unir vistas aéreas de diferentes paisajes con el cuerpo humano. ¿Cómo llevasteis esa idea a las prendas?
Tomamos de referencia imágenes de paisajes, en muchos casos del mar, también de ciudades y nos fijamos en sus crecimientos. Para llevarlo al cuerpo utilizamos distintas técnicas tanto manuales como tecnológicas pasando de una a otra. Escaneamos y dibujamos crecimientos en 2d y 3d, algunos los imprimimos en 3d sobre tela y cosimos; en otros vertimos silicona y generamos nosotras manualmente las texturas; en otros utilizamos un molde en corte láser y luego aplicamos un proceso manual sobre este…etc.
La tecnología todavía tiene mucho que ofrecer a la moda. Funcionalmente hablando ¿Qué soñáis aportar?
Creemos que el desarrollo de la tecnología en estas pieles puede tener múltiples aplicaciones. Desde ropa que se adapta a los cambios del cuerpo, tras un embarazo por ejemplo, ropa que reacciona a los cambios de temperatura a través de sensores, hasta aplicaciones en el campo terapéutico, médico (personas con movilidad reducida) o del bienestar (movimiento para la relajación), entre otros. Soñamos con desarrollar estas pieles para que puedan dar respuesta a personas, entornos y situaciones concretas y que, en definitiva mejoren la vida del usuario.
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