A través de la creación artesanal llevada acabo en Atelier Aletheia y Taller SIlvestre podemos viajar a tiempos remotos, antes de la era moderna, donde las manos humanas eran las herramientas más preciadas. Con su labor recolectora nos trasladamos a un mundo premecánico, cuando se pensaba que la naturaleza, fuente de movimiento y actividad, era el alma misma del mundo. Alina y Gavina parecen recuperar esa idea orgánica del cosmos en el que todas las partes estaban interconectadas y si una sufría, lo hacía también el resto. Por eso las tareas de ambas nos conectan con la esencia de KALON -lo bello en griego- una idea ética y estética asociada a la bondad y a la justicia, así como a la verdad.
Gavina y sus compañeras, durante cinco años de búsqueda, experimentaron con los tintes naturales prescindiendo de productos químicos tóxicos. Su firma de ropa artesanal no surgió hasta que dieron con una manera de colorar tejidos que fueran responsables con nuestro planeta. Aletheia, el nombre de su proyecto, significa 'verdad' en griego y hace referencia al desvelamiento de la esencia. Esa fue, y es, su tarea: acercarnos a través de una búsqueda activa, expresada en las prendas que confeccionan, la realidad latente, a menudo oculta entre el ruido, la contaminación y las prisas.
Taller Silvestre también es un proyecto de artesanía contemporánea. Especializado en la composición floral y los tintes botánicos, también realizan a mano piezas únicas de cerámica para la casa realizadas. A pesar de estar tan ligado a lo que las estaciones ofrecen, sus diseños son atemporales y con cada una de sus creaciones, Alina busca trasnmitir la belleza de la imperfección, de la fragilidad y del paso del tiempo, inmanente en las flores o el barro. Como ella misma afirma, "Nuestro trabajo parte del bosque. La naturaleza está presente en cada pieza, recordando que somos invitados en esta gran casa de la tierra".
Ambas comparten espacio de trabajo en 'Sótano A', un lugar en el que, a pesar de tener que descender para poder acceder a él, reina la luz. Allí nos hablan de la importancia del proceso creativo, los ritmos de la naturaleza, los rituales o el agradecimiento a la tierra.
Alina (Silvestre)- Pues lo es todo. Desde la inspiración hasta la materia con la que trabajamos. Nosotras siempre que hablamos de nuestro trabajo, decimos que nuestra intención primera era traer el bosque a casa.
Gavina (Aletheia)- Hacemos nuestro trabajo desde un sentimiento de respeto hacia la naturaleza y el bienestar del ser humano. La naturaleza desempeña un papel vital, ofreciendo generosidad, entusiasmo y salud al alma y cuerpo. Es nuestro hogar, donde crece todo lo que nos alimenta física y espiritualmente. Transformarlo en arte para vivir es nuestra responsabilidad y nuestro reto.
Alina- Influye en los procesos de manera general. Desde los materiales, como recolectoras vamos recogiendo las especies que nos trae la estación, hasta lo anímico te diríamos. Hay trabajos que casi son más propios del verano, más hacia fuera, como tintar, lavar los tejidos, secarlos al aire libre; y otros del invierno, dónde nos metemos más hacia adentro, planificamos más... aunque seguimos saliendo a recoger, porque el invierno nos encanta, todo lo que queda en el campo es pura silueta y fragilidad. Y lo que nos mueve muchísimo son los pequeños cambios sutiles que acontecen a diario, el camino que hacemos en el día a día, darnos cuenta de los primeros brotes, los cambios, las hojas, las flores... Es un poco como si todos esos árboles, flores, hojas nos acompañasen cada día. Y el drama, cuando desbrozan ;-)
Gavina- El cambio de estación es el ritmo natural de la vida, de hecho no tenemos colecciones determinadas. Nuestras prendas se repiten temporada tras temporada, con posibles pequeñas variaciones.Trabajamos con seda y colores más vivos para épocas más luminosas y lana y colores más terrenales y sobrios en épocas más frías.
Gavina- Trabajamos con el tinte artesanal con plantas. Teñimos utilizando colorantes que nos da la naturaleza, igual que se hacía hace miles de años, pero con una mirada contemporánea de sostenibilidad, mejorando el proceso y prescindiendo de los metales tóxicos que han sido utilizados tradicionalmente para fijar el color.
Alina- Recolectamos flora silvestre para trabajar en diferentes ámbitos, como la composición floral. Quizá no sea una técnica concreta lo que recuperamos, sino más bien el vínculo con la tierra, la manera de estar y apreciar la belleza que nos rodea. Un vínculo que nos hace querer habitar de una manera respetuosa, con gratitud . No sé, como sentir que pertenecemos, quizá sea eso lo ancestral.
Gavina- Siempre hemos entendido que la estética debe ir siempre unida a la ética, cuidamos especialmente el trato entre nosotros como equipo y también con nuestra comunidad de artesanos, profesionales, clientes y amigos que comparten nuestros valores. “Nulla aesthetica sine ethica”.
Alina- Bueno, no sabemos si singular. Ha sido un camino progresivo el que nos ha ido trayendo hasta aquí. Ambas venimos de entornos empresariales muy competitivos , Vero desde la técnologia y yo del area de marketing en lujo, y ahora, lo que apreciamos sobre todo, es la libertad para poder elegir ese ritmo. Hay días también muy intensos, porque nos hacemos cargo de todo el proceso, desde la recolección hasta el desarrollo web, pero nos hace felices porque encontramos un sentido, un propósito a lo que hacemos. No me atrevería a utilizar la palabra mágico, pero después de un par de años de andadura, nos damos cuenta que este trabajo es capaz de crear conexiones alucinantes con las personas, el encuentro que tenemos a través de lo que hacemos con los demás, es muy honesto, y profundo. Quizá es aquí dónde hablaríamos de magía. ¿Nos conecta con lo sagrado? Diríamos que sí, sin duda. Decía Leonard Kohen, en su segundo libro sobre el 'Wabi Sabi, Nuevas Consideraciones', que la capacidad para sentir la belleza parecía una de las mejores razones para vivir, que es una respuesta involuntaria al reconocimiento de un orden superior, como una especie de “iluminación” que revela algo fundamental sobre el modo en que el mundo aparece ante nosotros. Y es así como lo sentimos, esa conexión con lo sagrado que se revela en la belleza de la tierra.
Gavina- Si pensamos en la naturaleza del color más allá de su explicación científica, sentimos que todo un universo casi mágico se abre entre la luz y la oscuridad. Goethe decía que su escenario está en el alma de los hombres. Nos identificamos con esa idea porque experimentamos a diario sus efectos, no solo al contemplarlo, sino al trabajar con las plantas que lo generan. El goce de crear color a partir de una planta nos hace sentir libres y poderosos; es algo nuevo que hemos hecho nacer, en respetuosa colaboración con la naturaleza. Es como elevar lo natural de su condición estática para dotarlo de espíritu, una cualidad humana.
Alina- Pues en realidad no, para nosotras no funciona esa manera. Quizá es más al contrario, que nos encuentra el misterio cuando no lo buscamos... creo. Lo que si practicamos es un poco el ritual ( o estar muy presentes ) del agradecimiento y el respeto cuando recogemos.
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