Wrong or no access token.
En un pequeño taller de Mallorca, Adriana Meunié da forma a las piezas de Ódeminuí, una firma que va mucho más allá de la creación de piezas vestibles. Su creadora es una enamorada del textil y todas las técnicas que lo envuelven, por ello ha encontrado en las telas un medio de expresión a través del cual mostrar sus propias inquietudes.
El tacto es un elemento fundamental en el universo de Adriana, donde sus piezas ornamentales están diseñadas para que el espectador las toque y sean las texturas las que le transmitan la intención de la obra.
Ódeminuí es, además de un laboratorio creativo, una marca pequeña que le da a su diseñadora la oportunidad de experimentar con pequeñas colecciones cápsula que pretenden poner en valor la prenda pues, una vez agotada la serie, no se volverá a producir. En su proceso creativo entran en juego conceptos tan interesantes como el género, la feminidad o los cuerpos normativos, siempre siguiendo la premisa de su creadora: la función de las prendas es envolver el cuerpo y adaptarse al mismo pues, el estilo es intrínseco de quien viste sus diseños
El entorno mallorquín en el que crece a Adriana ha marcado para siempre su visión creativa, como muestran sus influencias mediterráneas: líneas despreocupadas y sencillas que buscan, además de la belleza, la comodidad y atemporalidad de sus creaciones.
Así, en pleno reinado de la ‘cultura de de usar y tirar’, Ódeminuí es un salvavidas en medio del Mar Mediterráneo para todos aquellos que valoramos y apreciamos los productos hechos de forma responsable, con materiales duraderos y que esconden tras de sí un significado que va más allá de lo puramente estético.
Si, como siempre he estado rodeada de lo textil, me parecen un elemento con mucho potencial expresivo, ya sea de la forma mas antigua como el telar o en algo útil y de nuestro día a día como la vestimenta, porque las dos cosas han estado en la vida del ser humano desde los principios, y por ello mantiene en si muchos símbolos, iconos y mensajes, aunque no todo el mundo los perciba de manera consciente.
Es verdad, ese es un mensaje clave de este proyecto. Creo mucho en una diferencia entre lo femenino y lo masculino, pero no lo relaciono con el género. Y en esta continua lucha social hacia la igualdad, es cuando ambos se juntan, que realmente se produce el cambio. Poder compartir y diluir los conceptos que tenemos de hombre/mujer me hace gracia y me relaja.
¡Hay una cosa cierta y es que no le podrás gustar a todo el mundo, eso es seguro! Y no hay problema. Ahora mismo estoy presentando los básicos que serían como los iconos del proyecto. Para mí es todo un reto intentar hacer prendas que pudiesen encajar a muchos tipos de personas, y me parece algo muy interesante. El lema para estas prendas es: “tú tienes tu estilo, deja que las prendas te envuelvan”. No soy nada celosa de mi estilo, me hace más gracia ver cómo se maneja cada uno con el suyo, y el reto es que una prenda pueda encajar de diferentes maneras. Ha sido un gran ejercicio reducir a una pieza (una blusa, una falda... etc) de entre todas las posibilidades que hay. Y ahora podréis ir viendo minicolecciones o piezas únicas que son la siguiente parte, y donde puedo jugar con diseños más particulares... según telas o patrones que se me vayan ocurriendo.
El cuerpo para mi tiene que ser algo que se envuelve, no la base de la que se parte....
Como todo, de usar y tirar, perdiendo perspectiva porque no se tiene en cuenta su historia... Nos aleja de todo...
Los trabajos textiles como los telares han sido mi manera de poder seguir haciendo algo con el tejido antes de poder crear el proyecto de moda, ya que no conseguía encontrar un hueco en esta industria tan corrosiva y rápida, que se aleja mucho de una manera de hacer con la que me siento a gusto.
¿Las piezas textiles? No sé... para mí es lógico, no veo otra cosa... no se cómo explicarlo. Es como querer hacer un cuadro, pero con lo que conozco mas, y así siento la posibilidad de hacerles como un homenaje.
¡Oh! Si, es que es así, es para realzar estos materiales crudos, como la lana o el esparto, o ver de cerca los linos tejidos en telares hace un siglo o más... Como dije, sería una oda a lo tradicional, pero “reconvertido”.
Creo que soy muy de tocar, incluso cuando los trabajo, la mejor parte es estar en contacto con las manos y con ellos...
Por ahora uso los materiales sin tintes, por ese gusto a lo crudo, lo no tocado... Pero sí que tengo ganas de incluir color, no se muy bien cómo... Quizás con tintes naturales o colores que encajen con el entorno donde vivo. El color es un dilema para mí, aunque los azules y tierra rojizos, por ejemplo, me están llamando. Pero no me cierro a nada, quizás para algo en concreto un buen fucsia puede ser gracioso...
Lo que más me gusta de tener una marca tan pequeña es que puedes controlar y aprovechar muy bien cada impulso... He empezado con lo que más lógico y cercano tenía: lo natural, neutro, porque para mí es una base sólida... ¡Pero ya veremos que más sale! Ya te digo, no me cierro a nada y lo importante es probar cosas nuevas.
En todo. Pero también hay influencias de vestimentas tradicionales de otros lugares.
El afán creativo de Adriana pone el foco sobre la producción artesanal y el correcto manejo de las materias primas. Controlar todos los procesos productivos le ha permitido explorar innumerables técnicas textiles con las que enriquecer el universo de la firma. Gracias a este conocimiento, sus prendas, están llamadas a durar toda una vida. Sin duda, las creaciones de esta diseñadora se convertirán en ese fondo de armario que no hace más que embellecer con el paso del tiempo.
Ódeminuí es una muestra perfecta de cómo una nueva generación de creadores está reinventando la tradición para traer a la actualidad una forma de entender el producto como un artículo cuyo valor va más allá de lo monetario. Parece que el futuro de la moda se cocina a fuego lento.
-
Wrong or no access token.